ADIÓS, CRUEL 2007. EL AÑO DESDE LA PERSPECTIVA BLAUGRANA
Estamos llegando a finales de año, y como muchos analistas dicen, es hora de hacer balance. La verdad es que no motiva mucho hacer memoria de todo estos 12 meses, y más aún, si lo hacemos en clave blaugrana. Pero es necesario, haremos de tripas corazón y haremos un breve repaso a este nefasto 2007.
El año empezaba lejos, muy lejos. Japón esperaba ser la guinda a un ciclo ganador y legendario. Los samurais azulgranas llegaban convencidos de lograr el único título que faltaban en las vitrinas del Museu, la Copa Intercontinental (o Mundialito de Clubs de la FIFA) Y las cosas no empezaron mal, una exhibición (quizás la última hasta la fecha) ante el América de México (4-0) daba el pase a la gran final en la que esperaba el Internacional de Porto Alegre, un rival al que todo el mundo menospreciaba y le daba como perdedor antes de iniciarse la contienda.
El clima era de relajación. Justamente en esos días, el bombo europeo regalaba el Liverpool en octavos de final. El presidente, lejos de mostrarse prudente, reflejó esa relajación en el ambiente y se marcó un Twist and Shout y un Hey Jude que luego se tuvo que comer con patatas.
El final de este cuento de Samurais ya lo sabéis todos. 0-1 en la final y segundo varapalo de la temporada tras la humillación de Mónaco. Las lágrimas de Ronaldinho y las de un inocente niño japonés reflejaron el estado de ánimo de una afición que poco a poco empezaba a desencantarse con este equipo.
Quizás Japón fue el epicentro del terremoto que se vivió hasta final de temporada. La gente empezaba a dudar y todo se empezaba a mirar (eso sí, muy poco a poco) desde otra óptica. La palabra acomodamiento o autocomplacencia empezaba a resonar en la masa barcelonista. Y no andaban desencaminados. La insultante cifra de entrenamientos de Ronaldinho, la explosión de Eto’o en Vilafranca o el bajísimo rendimiento de Deco o Márquez daban a entender que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Aún así, el equipo continuaba líder de la Liga con un Madrid defenestrado, con vestuarios con olor a alcohol y un entrenador en el entredicho, vivo en la Copa y con aspiraciones en la Champions.
Y así llegaba Febrero. Mes que se recordará por el Vilafranca Gate. Eto’o cogía el hacha y cual agresor de José Luís Moreno empezaba a repartir estopa verbalmente. Tras haber estado calentando casi toda una parte en un partido contra el Celta, Rijkaard opta finalmente por no sacarlo, y tras una serie de declaraciones y malentendidos, Eto’o explota y arremete contra Frank, Ronaldinho, Rosell, Arús… La nave parecía caer en picado sin control. Un abrazo de “plastelina” entre Eto’o y Ronnie (secundados por la rana Motta) intentaba zanjar el tema.
La guerra de medios empezaba. Algunos pretendían poner en el nombre de Eto’o todos los males del equipo a esas alturas, otros lo defendían.. Se creó un debate tan absurdo como estéril. El problema no era solo Eto’o, era un conjunto.
Un atisbo de esperanza se divisó cuando el equipo remontaba un 0-1 en Copa en la Romareda. Rijkaard sorprendía a todos con el 3-4-3 que luego tantos dolores de cabeza daría a los aficionados. El Barça obtenía el pasaporte para las semifinales de Copa. Esperaba el Getafe..
Y así se llegaba a la eliminatoria ante el Liverpool. En pleno caos y convulsión y con Eto’o y Messi casi recuperados de sus lesiones. El partido de ida será recordado por como Frank Rijkaard tiró el solo la eliminatoria. Con empate a 1 a Frank le dio un ramalazo y se inmoló cambiando en Xavi por Giuly… resultado final 1-2. Faltaba esperar el milagro en Anfield. Y recordaremos siempre con cariño la creación de la Cofradía de los Remeros que apuntito estuvo de dar sus frutos. El Barça ganó 0-1 en Anfield pero cayó eliminado. Otro título que se iba al limbo..
Quedaba la esperanza del doblete. Pero poco a poco esa esperanza se fue convirtiendo en humo. El Madrid empezaba a apretar tímidamente, y necesitó venir al Camp Nou y empatar a 3 (maldito 3-4-3 otra vez) para obtener un golpe moral definitivo y creerse que podía ser campeón. Ese partido cambió el signo de la Liga, y en definitiva de la temporada. El Madrid apretaba mientras el Barça sesteaba.
Y a eso que llegaron las semifinales de Copa. El Getafe parecía no ser rival, ya estaba ganado. Y quien diría lo contrario después del partido de ida? 5-2 con el golazo supermegaestratosferico de Leo Messi, calcado al de Maradona en Méjico 86 ante Inglaterra. La final Barça-Sevilla estaba servida, nadie dudaba de ello. Pero ay amigos.. en esto del fútbol gana el que tiene hambre, y si vas a un campo a lucir palmito y tipito te acaban dando “pa’l” pelo. Y eso fue lo que sucedió. El Barcelona salió a pasear, a cumplir expediente rapidito y para casa y así le fue. El Getafe le inflingió una de las humillaciones más duras que ha sufrido el Barça en los últimos 10 años. 4-0. El proyecto parecía tocar fondo. Eso sí, faltaba la Liga.
Sin Champions, sin Copa, sin Mundialito, y sin Supercopa, el Barça se aferraba a la Liga para salvar el año. Pero lamentablemente la historia volvía a repetirse. Los puntos no sumados en campos “poco motivadores” como Levante, Getafe, Betis u Osasuna, el bagaje de una sola victoria en los 6 partidos ante Madrid, Sevilla y Valencia (los otros 3 de cabeza) y el lamentable sprint final de Liga perdiendo puntos tontamente como el día del Betis o el del Espanyol pusieron en bandeja el título al Real Madrid. El último título que quedaba se esfumó también fruto de la prepotencia, la dejadez y la soberbia de una plantilla que creyó que tras los éxitos del 2006, solo con salir al campo y lucir la camiseta ya era suficiente para ganar los partidos.
Todavía cuesta olvidar ese periodo enero-junio, esos 6 meses de decepción tras decepción. Por eso Laporta prometió mano dura con la aplicación de un código interno que se presumía intransigente con las actitudes de la temporada recién acabada.
Llegaron hombres de club como Milito, Abidal, Touré y un crack de nivel mundial como Thierry Henry.
Seguían los pilares. Seguían Deco, Eto’o, Ronaldinho y Rijkaard con el compromiso de no repetir los errores del pasado.
En el nombre de Ronaldinho estaban centradas todas las miradas. Esta temporada no se le iban a permitir sus actitudes de vago, holgazán e irresponsable. No iban a valer los goles de falta, los de penalti. Se le iba a exigir compromiso, trabajo y rendimiento global. Y de momento seguimos esperando….
A finales de este 2007 la situación es similar o incluso peor, ya que no somos ni líderes de la Liga y con un futuro a corto plazo más bien oscuro visto el rendimiento general de la plantilla. Hay muchas dudas.. dudas en Henry, en Ronaldinho, en Rijkaard.. quizás este 2007 haya sido el punto y final a un ciclo ganador que, a nuestro entender, debería haber sido más largo. Esperemos que de 2008 en adelante, los Messi, Bojan, Iniesta o Valdés nos vuelvan a poner donde nos merecemos.
Por un 2008 mejor.
Feliz año a todos!!!!
The Digital Garden