CRÓNICAS DE UNA REGADERA: LESIONES PROBLEMÁTICAS

LEO LO TIENE COMPLICADO
Dentro de la patología traumática, la rodilla es probablemente la articulación más estudiada, y la que ofrece más patología con tratamiento quirúrgico. En el mundo del deporte, y concretamente del fútbol, esta articulación es también la que trae más dolores de cabeza, ya sea por sus estructuras óseas o músculotendinosas. La rodilla está compuesta por el juego de tres huesos, fémur, tibia y rótula.

Los dos primeros conforman el cuerpo principal de la articulación, que soporta el peso corporal, y la rótula cumple una misión atípica, a modo de polea sobre la que se apoya el tendón rotuliano. Sobre las estructuras blandas que la rodean, podríamos afirmar que se trata de una articulación realmente compleja, en la que aparecen continuos desequilibrios principalmente entre su musculatura flexora ( la conoceremos a continuación) y extensora ( cuádriceps).

El bíceps femoral es uno de los músculos que intervienen en la flexión de rodilla. Para comprender mejor la complejidad de este movimiento, veamos entonces qué músculos pueden trabajar cuando flexionamos la rodilla y qué movimientos complementarios realizan:

Isquiotibiales:

• Semitendinoso.


• Semimembranoso. Al igual que el semitendinoso, por su posición interna realiza una rotación interna de la pierna una vez que ha sido flexionada.

Bíceps femoral: Por su posición lateral, realiza una rotación externa tras la flexión

Así pues, en el momento en que aparecen desequilibrios debidos a sobrecarga muscular entre los flexores y extensores, aparece un alto riesgo de lesión, en el que cualquier movimiento con una fuerza considerable puede provocar la ruptura de alguna de las estructuras, como ha ocurrido de nuevo con Messi.

Con esta ya van tres
Con esta ya van tres, y es que Leo Messi está pasando por una tercera ruptura de bíceps femoral des del pasado martes día 4. ¿Quién ha echado un mal de ojo al jugador argentino?

Son muchas las preguntas que se plantea el club, de nuevo aparecen porqués inciertos y surge la gran necesidad de encontrar una respuesta ante tal misterio. Entre todas estas preguntas, una de ellas relacionaba el tratamiento con hormona del crecimiento al que fue sometido Messi durante algunos años, con la plaga de lesiones musculares que sufre el jugador sufre a día de hoy. Según especialistas en endocrinología, los estudios demuestran claramente que los efectos del medicamento desaparecen a los seis meses de finalizar el tratamiento, por lo que resulta impensable que exista una relación entre dicha hormona y las roturas musculares del bíceps femoral. Así pues, una vez descartada esta opción, hay que buscar aquellos factores de riego que afectan de forma decisiva en la carrera del delantero Blaugrana.

Por las características físicas de Messi y el tipo de movimientos que realiza (más propios de un velocista que de un futbolista), el riesgo de lesionarse el bíceps femoral es máximo. Al tratarse de un deportista muy explosivo, su musculatura es muy propensa a lesionarse. Para comprender mejor las diferencias fisiológicas entre deportistas, conozcamos qué tipo de fibras desarrollan mayormente unos y otros.

Los músculos están formados por dos tipos de fibras musculares: fibras rojas y blancas. Por ejemplo, en el caso de corredores de maratón, son las fibras rojas las que juegan un papel más importante. Éstas proporcionan una mayor resistencia ante la fatiga y están más irrigadas, por ello permiten al deportista aguantar un esfuerzo físico en un largo periodo de tiempo. Por el contrario, las fibras blancas, son las que trabajan mayormente deportistas que realizan un gran esfuerzo en poco tiempo, como es el caso de los velocistas. Así pues, la velocidad a la que se contraen estas fibras es mucho mayor, pero la resistencia a la fatiga es menor.

Así pues, parece que Leo Messi puede ser más propenso a padecer fatiga muscular por la razón que hemos descrito anteriormente; Esto, sumado a posibles desequilibrios entre la musculatura extensora de la rodilla (cuádriceps) y la flexora ( bíceps femoral e isquiotibiales) se traduce a un mayor riesgo de lesión. Debemos tener en cuenta que el argentino hace una media de 50 sprints por partido a más de 21km/h, y como ya hemos dicho, puede que la musculatura esté preparada para realizar movimientos tan rápidos y explosivos de forma repentina, pero ¿Está preparada para hacerlo tantas repeticiones?

Ahora toca recuperarse

Ahora toca recuperarse, pero no sólo físicamente, sino también psicológicamente. Tal y como dice el título, con esta ya van tres; Leo ha tenido que pasar tres veces por este calvario y soportar la presión que todo ello representa. Las dos rupturas anteriores hicieron dudar la puesta en marcha a todo gas del jugador, requirieron un tiempo de recuperación un tanto incierto, e interfirieron en la propia seguridad del delantero a la hora de volver al terreno de juego.

Esta inseguridad no ha sido única e intransferible, puesto que este sentimiento lo ha compartido el resto del equipo, y cuando alguna de las partes cojea (nunca mejor dicho), todo el grupo se ve afectado. La tercera lesión del bíceps femoral de Messi retorna este miedo ante la incertidumbre del “y ahora, ¿qué pasara?”, y aunque no sea un sentimiento compartido explícitamente, de nuevo hace dudar al propio equipo de su eficacia y sus posibilidades.

Por lo tanto, hay que tener en cuenta tanto la parte física como la psicológica correspondiente, e integrar en su tratamiento ambos aspectos, considerándose de este modo al individuo un “todo indivisible”, en el que psique y cuerpo son las dos caras de una misma moneda. Del mismo modo que no podemos aislar la estructura fisiológica de la ansiedad y preocupación que esta comporta, tampoco podemos aislar el problema que supone esta lesión del resto de equipo. Integrar esta “carencia” como algo infortuito pero no por ello decisivo sobre el transcurso de esta temporada, sería el primer paso para recobrar la seguridad del grupo.

Además, conocer la ansiedad que esta ausencia provoca en el resto de jugadores ( consecuencia de la presión mediática y de los cambios del juego en si) sería decisivo a la hora de tratar las dudas y miedos que afectan a la globalidad del trabajo que se realiza día a día en los entrenamientos y en los partidos.

TOURÉ, QUIZÁS LO TENGA MÁS AÚN

Hernia Discal en la parte baja de la espalda, concretamente entre las vértebras L4-L5. No, no son buenas noticias. Recientemente el club ya anunciaba la problemática de Henry y su protusión discal, pero ahora la cosa se complica. La protusión es la fase previa a la hernia, el disco intervertebral está ligeramente oprimido pero no chafado. En la hernia, el disco que amortigua los movimientos realizados por la columna sí está aplastado, de hecho, la distancia entre vértebra y vértebra disminuye considerablemente y por ello, ambas estructuras ( en el caso de Touré hablaríamos de L4 y L5) comprimen y atrapan el disco.

Una vez presentado el problema, hablemos del tratamiento. La solución, y no siempre exitosa, en el caso de la hernia discal, puede ser la intervención quirúrgica. En el caso de un deportista, la única opción para seguir jugando es evidentemente la operación, sin ella, gracias a la fisioterapia, quizás sería posible llevar una vida más o menos tranquila, con ciertas molestias y dolores al realizar esfuerzos, pero impensable realizar ejercicio físico intenso y mucho menos seguir el ritmo de un futbolista.

Así pues el Touré deberá pasar por el bisturí si quiere continuar su carrera en el Barça, pero el club ha decidido retrasar esta intervención al estar en plena temporada. ¿Son las infiltraciones un buen recurso para aliviar los síntomas producidos por la hernia discal? Bien, las infiltraciones son un “chute” de medicamento analgésico y antiinflamatorio que intentan “tapar” el intenso dolor que un aplastamiento de disco ocasiona.

Los días posteriores a la infiltración, el dolor desaparece milagrosamente, aquella zona problemática está “dormida”, y por ello podemos forzar la máquina al máximo; ¿qué ocurre cuando pasa el efecto de la infiltración? Cuando pasa el efecto, nos damos cuenta de que el problema no ha desaparecido, y en ocasiones, el dolor se agrava. Al forzar la espalda con movimientos bruscos e intensos durante un largo periodo de tiempo, la compresión del disco puede ir en aumento, y con ello el dolor y sus consecuencias.

Por ello, se realiza una segunda y tercera infiltración, para tapar el problema de nuevo, y mientras, seguir forzando y forzando. Puede que Touré no llegue a final de temporada, y si lo hace, seguramente lo hará en un estado fisiológicamente más deteriorado que ahora.

En resumen, las infiltraciones tan sólo retrasan la espera a la intervención, y con ellas se corre el riesgo de empeorar el pronóstico de la lesión. ¿Hasta final de temporada, será capaz Touré de rendir al máximo en el terreno de juego bajo estas condiciones? ¿Qué ocurrirá tras la operación? Tan sólo podemos esperar y ver si las medidas que el club ha tomado son las oportunas.

No sabéis las ganas que tenemos de tener sanos a estos jugadores

Colaboración especial de una regadera: http://eldivandigital.blogspot.com/

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ACTUALIZACIÓN SORTEO CHAMPIONS

Eliminatorias correspondientes a los ¼ de final y semis:

1/4 de final:
1.Arsenal – Liverpool
2.Fenerbache - Chelsea

3.Roma – ManU
4.Schalke – FCBarcelona

Semis
1 vs 2

4 vs 3

Nota: la vuelta es siempre en el campo de los segundos equipos