FFN: DIME CON QUÉ JUEGAS Y TE DIRÉ QUIEN ERES

La infancia, a algunos les queda muy lejos, a otros no tanto, pero lo que es seguro, es que todos tenemos muy buenos recuerdos de nuestras “pachangas callejeras” a las que ya hicimos mención en el post “fútbol callejero”. Pues bien, en ese post nos dejamos algunas cosas en el tintero y entre ellas la que queremos haceros recordar hoy.

EL MATERIAL DEPORTIVO.

El fútbol es algo más que un balón, una portería y 2 equipos, y más aún si hablamos de su vertiente callejera. Cuando éramos unos renacuajos le dábamos muchísima importancia a los detalles ínfimos que podía hacer variar la visión o el juicio de valor hacia una persona. Porqué? Pues porque no era lo mismo jugar con un amigo que tenía una pelota falsa de mercadillo que un amigo que tenía una Adidas Etrusco. Es duro, frío y déspota, pero todos sabéis que era así, no lo neguéis brivones.
Así pues, hagamos un repaso sobre los diferentes tipos de accesorios que habían en las calles y las reacciones que provocaban en el personal.

EL BALÓN

El epicentro del fútbol. Sin él no existe el fútbol. Y ante tal importancia, el balón se convertía en un tema tribal para el grupito de amigos. Porque? Pues porque cada uno de ellos sabían que tipo de balón tenía cada uno. Por ejemplo:
Si Pepito tenía un simple y mísero balón Tango, y Jaimito tenía el Adidas oficial de la Liga Española, no se dudaba ni un momento: se le pedía a Jaimito que bajase el balón. No era tarea fácil. Normalmente quien disponía de esa joya esférica solía ser el más reticente a poner su balón en juego, el más rancio. El miedo a que un coche lo atropellase o a una pérdida eran motivos más que suficientes como para acabar jugando con la Tango de Pepito. Habían 3 tipos

Los falsos. Típicos balones de juguetería. Baratos y funcionales pero de corta duración. A las pocas semanas la válvula se asomaba por fuera del cuero y empezaba el despelleje del mismo cuero. Era entrañable ver como el balón rodaba y un octágono de cuero salía despedido.
Lo curioso era ver como aparecía siempre que era “OFFICIAL” y resistente a nieve, lluvia y barro… Y UN COJÓN!

Los “remember”:
Es decir, los que en años pretéritos habían sido oficiales algún día. La Etrusco, la Questra, la Tango y la no menospreciable Mikasa. Eran más costosos que las anteriores y daban un gran rendimiento. Destacar que la Mikasa acabó con muchas uñas de los infantes de la época debido a la dureza que desprendía ese balón.

Los “inn”:

Destinados a los niños más repelentes y adinerados. En su posesión tenían el último balón oficial de la Liga, brillante, limpio e impoluto. Eso sí, para que lo bajasen a la calle tenía que pasar algo muy gordo.

Quedan fuera de catálogo los balones de plástico por razones obvias.

LAS CAMISETAS

Complemento opcional pero si servía para lucir palmito de vez en cuando. Normalmente el personal vestía camisetas de ropa urbana y casual, pero el día que por primera vez aparecía un niño con la camiseta de un equipo de fútbol se producía un efecto dominó y al cabo de unos días la epidemia era un hecho, todo el mundo tenía camisetas de fútbol.
Como en todo, había diferentes tipos:

Las del equipo del barrio. La opción más fácil y recurrente. Que tu veías como un colega llevaba una camiseta de Van Basten o de Klinsmann?? No te preocupaba, al día siguiente bajabas con la camiseta del equipo donde jugabas. Solía ser de manga larga y de un tejido que mezclado con el olor del sudor desprendía un aroma no apto para escrupulosos. No tenían marca y el dorsal estaba estampado. Marcas típicas: Cejudo, Massana, Ubae etc…

Las FTS (Freak TShirts). De coleccionista. Eran camisetas de algodón dedicadas a un jugador de fútbol en su parte frontal. Salía la imagen de un jugador en acción con frases del estilo “Simply the Best!” o “Magical!” con recortes de periódico alrededor de ellas.

Las quiero y no puedo. Estas son nuestra debilidad. Las de coleccionista, las que poca gente ha tenido. Eran las míticas camisetas falsas que se compraban en los souvenirs. Eran réplicas de las equipaciones originales, sin marca, y personalizadas en un jugador. Baratas y de material más bien malo, eran suficientes para creer ser ese jugador. Un miembro de TDG tenía una de Inglaterra con el 10 de Gascoigne.

Las Rockefeller. Es decir, las oficiales. Las más caras, las que poseían los mismos que tenían el balón oficial. Sus papis se habían gastado 6.000 pesetas de la época en comprarle al nene la camiseta oficial de su equipo. Encima, si le agarrabas de la camiseta para hacerle falta, en vez de protestar la infracción, soltaba un : “ DE LA CAMISETA NO!!”

Nota: Los niños más avanzados, bajaban con camisetas de Alemania o España bien ceñiditas y cortitas. Sembraban el pánico.

EL CALZADO

El último elemento que analizaremos. Un elemento tan variado como causante de controversia y marginaciones sociales. En la calle quien jugaba con unas deportivas de marca sospechosa como las McGyver o Potomac (estas marcas son verídicas) era menospreciado por el que llevaba las botas con tacos Adidas Copa Mundial. Para jugar en el parque, tampoco era necesario jugar con unas botas de fútbol, pero ahí todo valía.. y el peligro era el que se declaraba admirador de Simeone… Veamos:

Oleguer Style. A lo cutre. Para que ostentar si solo quiero chutar un balón. Me compro unas Potomac por 9 euros y a jugar. Es igual que a las 2 semanas se me vea el calcetín por la punta, así intimido más.

Miguel Bosé Style. Alguna vez aparecía el típico despistado con las zapatillas de tela (marca Victoria) y que, como era normal, se quejaba de que el balón estaba muy duro. Sus calcetines (de punto) a la altura del angonal eran su tic diferencial del resto. Normalmente bajaba con su pelotita de plástico con el dibujo de Saylor Moon. Sobran más comentarios explícitos

Iniesta Style. Vamos, el de clase obrera, el que bajaba con unas zapatillas normales, alguna vez de marca (eso sí modesta como Jayber o Paredes) pero sin dar mucho el cante.

Sergio García Style. Que pasa neeeeng! Me compro las bambas de marca, pero eso sí, amarillas fosforito y con llamas de fuego estampadas en el empeine. La cámara de aire que se vea bien y los cordones bien gruesos.

Salva Ballesta Style. Solían ser las típicas Munich de toda la vida. Era el niño bestiote y rudo, que se calzaba las botas de taco para jugar en la calle. Los cordones atados por la suela. No tenía amigos cuando el balón rodaba.

Beckham Style. Las marquitas y los últimos diseños. Adquiridas por los papis a precio de oro. La marca preferente era Nike o incluso Adidas. Siempre limpitas y los primeros días de uso, eran un suplicio para estos pseudos-pijos, ya que en cada chute o contacto con el balón, se agachaban para pasarle la mano y quitarle la suciedad.

Estos han sido los 3 elementos más recurrentes en nuestra infancia. Otros objetos como guantes de portero, gorras o cintas existían también, y su uso fue motivado por la seria Oliver y Benji (esa gorra a lo Benji Price con la visera tapándote los ojos… ais… que recuerdos)

Explicarnos vuestras extravagancias, sabéis que nos gustan!

No sabéis cuánto nos gusta recordar!!

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CON LA CABEZA ALTA

Si la derrota de hoy sirve para ver los aspectos positivos que nos ha dejado el partido, la daremos por buena. Y es que a pesar de perder, el Barça ha dejado una imagen nueva. Si, porque a pesar de hacer buenos partidos, nunca había mandando durante 3 cuartos un partido.

Con un primer cuarto desastroso, donde Kasun ha salido disfrazado de niño de 3 años, el Madrid ha conseguido una ventaja que se antojaba irrecuperable, visto las últimas actuaciones del equipo. Pero no. Para nuestra sorpresa, hay equipo mejor del mostrado hasta la fecha.
De la mano de un es-pec-ta-cu-lar Pepe Sánchez, el Baça ha recuperado rápido la ventaja y se ha puesto siempre ha tiró de piedra del Madrid. Primero, con una defensa muy buena a los hombres exteriores blancos de Grimau y Basile. Más tarde, en el tercer cuarto, con un genial Vázquez( ¿Por qué no ha jugado nada en el último cuarto?) y un sólido turco. Finalmente, han sido Acker y Kasun quienes han puesto la calidad.

Pero todo esfuerzo ha sido inútil. En los últimos minutos, unas incomprensibles decisiones arbítrales han decidido el partido. Primero una falta personal a Kasun por “rozar” a Reyes. Después por una intencionada a Basile, cuando no la habían señalado una a Mumbru escandalosa. El Madrid ha anotado 4 puntos y ha sentenciado el partido.
El Barça ha dejado de ganar por los árbitros, pero ha perdido por el rebote. No se puede tolerar, y no es culpa de Dusku, que el rial siempre tenga 2 oportunidades en ataque. Si falla la primera, tiene otra, ya que Reyes te va a robar el rebote defensivo. Cogiendo 17 rebotes menos que el rival es imposible ganar.

El Barça de los 3 últimos cuartos es un conjunto capaz de ganar a cualquiera. Ahora falta que Ivanovic se haga entender. Porque aún nos preguntamos porque no sacó a Vázquez cuando Kasun quedó eliminado por 5 faltas. Aún nos interrogamos porque Grimau no sale hasta casi el final, cuando Bullock le estaba haciendo un traje a su defensor.
Pero querer cambiar eso ya es casi un milagro. Lo cierto es que, y también debe ser gracias a Dusku, hoy el equipo ha dejado una imagen ilusionante. Quizá se viene de muy abajo, pero hoy tenemos algo que llevarnos a la boca, y comenzábamos a tener hambre.