SOMOS CULPABLES

Ayer en el campo de entrenamiento blaugrana ocurrió un detalle más que importante para lo que queda de curso y que puede marcar el futuro próximo de la entidad. Si es para bien o para mal, solo el tiempo lo dirá.
Frank dejó en evidencia a Ronaldinho. ¿Cómo se interpreta? ¿Lo tenía Frank previsto?¿Como reaccionara la prensa pro Ronie? La respuesta a estos interrogantes nos dirá cual va a ser el clima en el entorno hasta recibir al Madrid.

Porque lo de ayer no fue un día más. Que el entrenador tenga que animar a esforzarse a un jugador puede ser norma. Lo que no lo es tanto es que el jugador sea la estrella mediática del club, ante la extrañeza del jugador, que no entendía nada, como diciendo que el se había esforzado o no necesitaba entrenar más.
La reacción de ayer del brasileño tiene un claro culpable. Éste no es otro que su entorno. Ese entorno que le dice que está en un gran estado de forma, que le dice que sigue siendo determinante en el equipo, que le dice que el equipo sin él juega peor y solo empata, etc. Vamos, el entorno que le miente día si y día también le está cavando la fosa en la que serán enterrados todos los buenos recuerdos que nos ha dejado, tirando una tierra manchada por el rencor y la injuria.

Habrá que esperar cuando tarda su hermano para decir que se le está maltratando. La importancia del hermano debe hacer recapacitar a todos los directivos actuales y futuros del Barça, porque no, de cualquier otro club del mundo.
El ejemplo de R10 es una muestra de cómo los clubs se doblan y cedan ante un jugador que les da buenos resultados. Que les da mejores resultados de los inicialmente previstos. Y eso es siempre muy peligroso a que deja a la larga, ya que deja a las instituciones a merced de los caprichos de los clubs.

A solución es fácil. No ceder en bloque a los aumentos de sueldo. En la NBA no se tocan los contratos subscritos. Si se firma una cantidad, ésa no se puede ampliar, como consecuencia del tope salarial y a que hay tramos establecidos para cada edad de los jugadores.
Aunque quizá sea mucho más fácil. Hablamos de establecer el sentido común. A la larga, el no ceder a las ampliaciones de contrato, el de ser inflexibles a peticiones desproporcionadas y que son se repiten en el tiempo.
Porque no puede ser que siempre se este oyendo el siguiente mensaje:” El jugador tiene razón, se le prometió una subida y ésta no ha llegado”. ¿Queremos los aficionados unos jugadores que solo juegan si consideran que se les paga bien?
Los aficionados queremos a jugadores que jueguen siempre a tope, que si no están de acuerdo con o que cobran, que salgan en rueda de prensa y lo digan claramente, y no a través de terceras personas. Seguramente lo que quiere el aficionado sea imposible, y nunca lo lleguen a ver nuestros ojos.

Lo de Ronaldinho nos debe hacer recapacitar a todos. Todos somos culpables. No hay que crucificar a los directivos, ya que éstos si no le suben el sueldo nos lo cargamos. Claro, se lo merecía diríamos. Si queremos cambiar el fútbol, comencemos por mirarnos a nosotros mismos, tenemos más fuerza de lo que creemos.

No sabéis como nos entristece lo de Ronaldino.

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